La Federación de Mujeres de Sucumbíos (FMS) es una organización social sin ánimo de lucro que agrupa a 105 organizaciones socias, las cuales tienen aproximadamente 1.500 socias. Fue fundada hace 33 años y cuenta con reconocimiento oficial. Bajo el lema «No estamos solas, estamos todas», la Federación está conformada por mujeres campesinas (80 %) y de sectores urbano marginales (20 %). El 85 % son ecuatorianas y el resto colombianas.
La provincia amazónica de Sucumbíos guarda en sus entrañas parte del petróleo que alimenta la economía de Ecuador, y en la superficie, una lacerante realidad de violencia contra las mujeres. En Sucumbíos, ocho de cada diez mujeres sufren algún tipo de violencia, ya sea física, psicológica, sexual o patrimonial con un número de femicidios importante, una impunidad muy grande en la justicia y una situación invisibilizada todavía.
Su misión es la erradicación de la violencia de género en todas sus formas de expresión y el fortalecimiento de las estructuras socio organizacionales de sus organizaciones miembro. Con la ayuda de subvenciones nacionales e internacionales implementa un gran número proyectos enfocados en la igualdad de los derechos de género y promoción de los derechos de la mujer.
La FMS concentra su actuar regional principalmente en la provincia de Sucumbíos (Ecuador).
Fomenta el ejercicio de los derechos humanos por mujeres a través de proyectos tendientes al desarrollo social que tengan un enfoque específico en género, educación, salud sexual y salud reproductiva, prevención de la violencia intrafamiliar dirigida contra un género en especial y asistencia a las víctimas de violencia, fortalecimiento de la participación política, económica y social de mujeres, injerencia en la sociedad civil y promoción de las estructuras socio-organizacionales.
La FMS cuenta con tres espacios: Centro de Formación y Organización (FEDE), Casa de Acogida a mujeres y adolescentes víctimas de violencia (Casa Amiga) y Centro de Atención Integral a Víctimas de violencia de género (Puerta Violeta).
La PUERTA VIOLETA, es un equipo que trabaja en la atención a mujeres adultas víctimas de violencia. En este espacio, buscan también acabar con la dependencia económica de las mujeres maltratadas y por ello, han emprendido una fábrica de ropa reciclada y un servicio de comida, tienen también un espacio cultural «para la desobediencia doméstica», con el que pretenden «deconstruir el patriarcado» y reconstruir colectivamente los poderes personales.
La Federación también ofrece una «CASA DE ACOGIDA», abierta las 24 horas de todos los días, para albergar a mujeres violentadas y sus hijos e hijas que no tienen una red de apoyo fortalecida. Allí les ofrecen atención de un equipo interdisciplinario: trabajadora social, psicóloga, abogada y facilitadoras que atienden a los y las menores.
Mientras las madres albergadas en la «Casa de acogida» acuden a sus trabajos, sus pequeños y pequeñas reciben cuidado especializado en el Centro de Desarrollo Integral Mundo Mágico.
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